Segundo
relato
Este segundo
relato me ha parecido un paseo en bici con diez años y un cucurucho de helado,
en verano y sin mayores vigilando. El problema es que te caes de la bici y te haces
una raspadura en la rodilla, y el cucurucho de helado se queda desparramado por
el suelo y por tu blusa. De todas formas lo importante es el recuerdo del sabor
del helado.
Tercer
relato
El tercer
relato me ha gustado de principio a fin desde la primera palabra hasta la
última. Se trata de un monólogo interno muy rápido que parece una película de suspense, porque estás aquí
pero tu memoria esta allende los mares,
y aunque eres pequeño ya tienes dieciséis años, y no es tan complicado vivir en Cuatroca,
y la habitación no es tan mala, y los
cigarros al sol en según qué sitios tienen mejor sabor. Llega un momento en que
no puedes parar porque necesitas saber todo lo que siente y piensa mientras le
pasan cosas, sí al Chino, porque no paran de ocurrirle contratiempos. Sus
circunstancias cambian, y sus compañeros de vida y llegas a un punto en el que
es un sin vivir, y ya no puedes aguantar más
y quieres saber si un compañero gordo de habitación hace la cama o no, es
como un novela de polis, es un no parar, y lo mejor de todo es que mientras se
busca la vida por los madriles añora un lugar en el que nunca ha estado más que
cuando fue una perlita, y lo entiendo, porque yo también añoro lugares en los
que nunca he estado ni cuando era una perlita.
Momentos de
carcajadas y momentos de mucha tristeza. Muy buen relato, sí señor.
Colaboración a la lectura colectiva virtual que realizamos varias personas bajo la guía del profesor Pedro Ojeda en su blog: La Acequia
Qué lectura tan personal y evocadora de los relatos. Muchas gracias, María Luz.
ResponderEliminarHay una cosa en la disposición de los cuentos dentro del libro que he observado, una especie de juego con el ritmo, casi musical. Esta intensidad del tercero de la que hablas, es también así.
ResponderEliminarGracias por comentar. Sí, en el tercer relato he intentado dar un ritmo al comentario que fuera parecido al ritmo del cuento.
ResponderEliminarRespecto al segundo relato, al ser tan corto no quería decir nada del argumento, por eso me he inventado ún paseo veraniego con helado.
Nos reconocemos en el chino no chino de Cuatroca, en su desarraigo, en su lucha por la supervivencia, en su añoranza de raíces. Nos reímos cuando dice que es de Chimpung, pero es para llorar.
ResponderEliminarHa sido un placer visitarte. Te puse el enlace de los cuentos.
Un abrazo
Te he comentado en un enlace, pero dentro del blog. Sí, el cuento de Cuatroca es divertido y muy triste. La verdad es que ha conseguido que sientas ternura por alguien tan frágil. Saludos.
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