miércoles, 20 de abril de 2016

Noches Lúgubres



Este mes de abril en el club de lectura La acequia se ha leído el texto Noches lúgubres de José Cadalso. El apellido ya comienza a dar pistas y el título del texto también.
Me lo he leído tres veces, la primera de manera muy rápida en diagonal para ver de qué iba, y me he quedado sin saber qué decir. Esperé a que el profesor Pedro Ojeda hiciera una entrada y explicara algo el texto y eso me dio ánimos, así como todos los escritos de los compañeros del club que están muy bien enlazados en el texto de profesor Ojeda. Con tanta referencia me lancé a la segunda lectura y pensé lo mismo que al principio ¿y ahora qué digo? Y por fin, me he liado la manta a la cabeza y con la tercera lectura voy a contar lo que he pensado de esta obra, sin comentar nada de su contexto, ni de que es un precursor del romanticismo, ni de que el autor es alguien que entra en la modernidad a solas, sin dioses y con una razón que no consigue explicar según qué tipo de dolor.

Tras esta larga introducción paso a escribir lo que pienso del texto.
En primer lugar debo señalar que el autor es alguien con oficio, y que domina el lenguaje y el armazón de un texto con mucha maestría. Así es como nada más comenzar la obra nos presenta a los personajes: Tediato enamorado  y con su amada muerta y Lorenzo, que trabaja de sepulturero pisando tierra y otras sustancias biológicas. Los dos son presentados de manera muy ágil y enseguida entramos en materia, que no es otra que  vamos a ver como conseguimos robar el cadáver de una tumba. Contado así parece que el ladrón está algo trastornado, y  Tediato es alguien que no sabe gestionar su dolor y ha perdido la razón. El autor nos explica que el joven enamorado está mal  comido y mal dormido, por lo que no es de extrañar que el juicio le abandone a ratos, porque en otros momentos parece muy lúcido. Así que tenemos a un enamorado con un trastorno emocional muy fuerte y con una buena depresión (ignoro si en esos tiempos existía el diagnostico de esta enfermedad). La depresión se explica con todo tipo de detalles, porque no merece la pena vivir bajo ninguna excusa o pretexto, ya que la existencia del hombre es frágil, corta y sin muchas alegrías. Los afectos que podrían sostener una existencia tan falta de estímulos, tampoco son la solución, porque sentir afecto por un padre parece que no merece la pena, ya que los padres son lo peor, y las madres, y los hermanos, y los hijos, y los amigos, y los conocidos, vamos, que no se salva ningún ser humano, así que ¿Para qué vivir?
Mientras el autor nos explica que el novio dolorido anda muy deprimido recorriendo tumbas, nos tenemos que encontrar con el otro personaje, Lorenzo, que éste si tiene motivos para deprimirse y más.
Su trabajo lo describe de una manera muy plástica, tanto que la realidad es que he sentido repulsión en algunos momentos, porque pisar tierra mezclada con casi todo no  apetece imaginarlo. Pues bien, Lorenzo además de trabajar con los pies envueltos en tierra porosa, tiene una familia con muchos hijos, enfermos, muertos, desaparecidos,  hambrientos y bueno, por si faltara poco, la mujer también muere, así que Lorenzo sí  podría estar deprimido pero a lo grande, sin embargo, sigue hacia delante como puede.
El otro personaje que aparece es el carcelero, un personaje tan embrutecido que disfruta contando todo lo que tiene para inmovilizar a un ser humano, argollas, grillos, cadenas… y además pregunta con toda la naturalidad si el reo irá por la mañana a tormento o será ajusticiado. No he podido evitar pensar en la  escena  de los Monty Python en La vida de Brian, cuando preguntan con una sonrisa tremenda ¿crucifixión? No sé, quizá estaban muy bien documentados (los Monty Python) porque el embrutecimiento del carcelero es total. Está claro que Tediato está trastornado por el dolor, pero el carcelero muy equilibrado no está, porque vive con tremenda naturalidad su particular sitio en el infierno.
Tras intentar varias veces robar el cuerpo de la amada para quemarse con ella y morir, el texto acaba sin que Tediato haya conseguido su propósito, y Lorenzo se queda sin cobrar; el único que mantiene  y cumple bien sus objetivos es el carcelero.
El texto me ha parecido muy bueno, con mucha plasticidad y veloz. El autor es capaz de presentar escenas con muy pocas palabras y te pone en situación de manera rápida: la celda de la cárcel, la lápida que no se levanta, la miseria miserable en la que vive Lorenzo, y el trastorno mental que tiene Tediato.
No tengo ni idea de si gestionar el dolor de una manera tan irracional y hasta llegar al paroxismo es algo que pertenece a la modernidad y al romanticismo, lo que sí sé es que es una manera enfermiza de vivir el dolor por una perdida afectiva. No voy a juzgar si el estado mental y emocional de Tediato es bueno, malo o regular, porque no he estudiado psicología, ni psiquiatría, así que no sé si se puede llegar a esos extremos de dolor en los que pierdes la razón.
El autor ha decidido que su protagonista pierda la razón porque no es capaz de superar una perdida afectiva, y además nos lo cuenta de una manera soberbia. Creo que hubiese sido un buen director de cine. Muy plástico, muy rápido y con cuatro imágenes ya estamos metidos hasta el fondo en el barro fangoso mezclado con restos biológicos, y a partir de ahí, pues lo que venga, bien sea levantar lápidas, quemar casas, robar cadáveres o lo que se presente.
Me ha parecido un texto muy intenso y que me ha hecho querer leer más obras de este señor. Por hoy ya acabo, que me ha salido un escrito muy largo.





Colaboración a la lectura colectiva virtual del libro de José Cadalso Noches Lúgubres que realizamos varias personas bajo la guía del profesor Pedro Ojeda en su blog: La Acequia

9 comentarios:

  1. Seguro que quien te lea el comentario deseará leer la obra. En efecto, es difícil juzgar según qué actuaciones sin haber sentido esos impulsos: ¿seríamos capaces de lo mismo con la misma intensidad del dolor?
    Me ha gustado la referencia fílmica. No sé si conocieron o no las Noches de Cadalso. Historias de carceleros embrutecidos no faltan en la literatura. Qué oficios.

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  2. Es difícil saber qué haríamos en determinadas situaciones, y hasta que no te ves en alguna de ellas no sabes y no debes juzgar.
    Carceleros en el borde de la no humanidad sí que aparecen en varios libros, pero aquí me ha gustado por la naturalidad con la que nos presenta al personaje. El carcelero realiza su trabajo con el mismo afán y diligencia que si fuese un práctico del puerto y ayudase a los barcos a entrar y salir. Una plantilla y se rellena la cruz de tormento o muerte, tan simple como eso. Esa naturalidad es la que me ha llevado a la escena del vídeo
    Y lo que me ha llamado la atención es la diferencia de carácter de los tres personajes, cada uno con unas circunstancias que limitan mucho, y cada uno tiene una respuesta vital diferente.
    La referencia al cine la hago porque creo que tiene un estilo a la hora de contar la historia que es muy visual. Con muy pocas palabras puedes ver la acción y el lugar en el que se realiza, y casi puedes imaginar los rostros.
    La verdad es que nunca me hubiese imaginado con una lectura de estas características, pero una vez que te pones sí apetece leer más escritos de Don José. Y me alegro si alguien se anima a leer esta obra, hay que andar caminos nuevos.
    Gracias por tus puntualizaciones.

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  3. Madre mía, no me he dado cuenta de que el comentario era tan largo. Bueno, será que la obrita de teatro da para mucho.

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  4. Me ha gustado mucho tu comentario, y para no saber qué escribir, la verdad es que te ha salido de lo más lucido.

    Yo también encuentro el texto muy cinematográfico, pero gótico total, y ya puestos a establecer paralelismos, cercanos a los Adams.

    La primera vez que vi La vida de Brian no me pareció nada graciosa, muy británica, y esa escena de "crucifixion? Yes, please", incomprensible fuera del tópico de la flema británica, o sea nada que ver con Cadalso, pero a cada uno la lectura le despierta una emoción diferente.

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  5. Gracias Carmen, porque me ha resultado difícil encaminar el texto. La verdad es que me ha gustado tanto que ya ando con la autobiografía y este hombre, por encima de cualquier otra consideración, era un hombre con una inteligencia muy brillante.
    El comentario me ha salido bastante largo, pero es que todavía pienso que tengo que decir más, es una obra que sugiere mucho.
    Y respecto al carcelero, sí me ha gustado mucho el retrato de alguien que lleva su vida de una forma muy natural. De hecho, por un momento me recordó cómo se anotaban de forma minuciosa los tormentos en las plazas, porque todo el mundo miraba (público) pero estaban los funcionarios que tomaban nota (Michel Foucault y su obra Vigilar y castigar) y esa naturalidad también la veo en el carcelero (funcionario del Imperio Romano) con los rizos bien hechos, recién salido de la peluquería para estar presentable en su trabajo.
    Lo que debemos pensar es que a ninguna nos ha venido a la cabeza ningún paralelismo de esa tierra húmeda, porosa y llena de multitudes, mejor pensar en el cine y lo de la familia Adams que también son raros.
    Gracias por tu comentario, y veré si me paso esta tarde por todos los blogs y comento, que esto de leer en grupo lleva su tiempo, pero se aprende el doble, o el triple.
    Saludos góticos.

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  6. Me he sentido como el sepulturero andando descalzo entre barro, gusanos y huesos. Algo viscoso...que asco. Lo he vivido así gracias a tu escrito. El carcelero es un sádico, era lo que se esperaba en un tiempo de ejecuciones públicas y ejemplarizante.
    Besos Mari Luz.

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  7. La verdad es que la obra nos está dejando sensaciones fuertes.El autor es muy bueno, con pocas palabras nos pone en la situación que él quiere. Entre las pisadas y los farolillos de tu foto, las noches son cada vez más lúgubres.
    Un abrazo.

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  8. Si, efectivamente, este es un duelo patológico. Coincido contigo en que la obra es extremadamente plástica, no hubiera pensado en la película de Brian, pero siempre recordó un vuelo en el que mi compañero de asiento era un sepulturero Finlandez y no veas todo lo que aprendí sobre enterramientos finlandeses, ritos funerarios, costumbres y demás, me tuvo entretenida todo el viaje con sus historias (menos mal que era sólo de cuatro horas, porque llega a ser de más y me entierra a mi jajajaja.

    Me gustó mucho tu comentario, María Luz.

    Besos

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  9. Vaya Myriam, no hay nada como viajar para encontrar todo tipo de personajes. Tienes que escribir un cuento con lo que aprendiste en esas cuatro horas.
    Gracias por tu comentario.

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